El ataque se produce un día después de que los dirigentes del país rechazaran la idea de crear una fuerza independiente para proteger a los civiles.
El presidente en ejercicio, reelegido con casi el 95% de los votos en las elecciones del 7 de septiembre, deberá restablecer la posición estratégica de Argel, debilitada por las tensiones en sus fronteras con Marruecos, el Sahel y Libia.