Amílcar Cabral y la cultura africana como resistencia. Ricardo Corrêa, Ezquerda. Septiembre de 2024.

10/15/24
8 minutos de lectura.
Historia
blog main image

En la historia del continente africano han sido muchas las voces que se han alzado contra el colonialismo y las diversas formas de opresión presentes en los países que lo componen. Thomas Sankara, Patrice Lumumba, Léopold Sédar Senghor, Steve Biko y muchos otros han dejado enseñanzas que no envejecen, aunque fueran elaboradas en un contexto diferente.

Amílcar Lopes Cabral es una de esas voces. Nació en 1924 en la ciudad de Bafatá, Guinea-Bissau. Fue brutalmente asesinado por algunos de sus camaradas el 20 de enero de 1973 en Guinea-Conakry, con el apoyo de la PIDE - Policía Internacional y de Defensa del Estado. Esta sección biográfica reconoce la contribución de Cabral a los movimientos de liberación africanos, especialmente en Cabo Verde y Guinea-Bissau.

Cabral era hijo de caboverdianos y pasó su infancia en São Vicente (Cabo Verde). Debido a su alto rendimiento académico, a los 21 años obtuvo una beca para estudiar Ingeniería Agronómica en el Instituto Superior de Agronomía - ISA, en Lisboa. Durante este periodo, asistió a la Casa dos Estudantes do Império y a la Casa da África, donde desarrolló actividades artísticas centradas en la identidad negra, a las que se refirió como "reafricanización de los espíritus". Paralelamente a estas actividades, conoció a algunos estudiantes que expresaron su preocupación por la colonización europea en África y la urgencia de mantener los valores africanos, a partir de lo cual diversas reuniones con debates políticos se convirtieron en una constante; Cabral, Agostinho Neto, Mário de Andrade, Marcelino dos Santos y Francisco José Tenreiro fundaron clandestinamente el Centro de Estudios Africanos, pero la PIDE lo cerró en 1951. En aquella época, la situación en los países colonizados portugueses era muy compleja, ya que Portugal estaba bajo la truculencia de Salazar - considerado el dictador más violento de la historia del país y totalmente opuesto a la descolonización. En 1952, Cabral terminó la carrera de agronomía y regresó a Guinea-Bissau para ocupar el puesto de director del Puesto Agrícola Experimental de Pessubé, donde se encargó de realizar el primer censo agrícola del país. Esta oportunidad le permitió conocer de cerca la realidad de la población guineana.

La creación del Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde - PAIGC, en 1956, inició el período sustancial de la victoriosa lucha por la independencia conseguida en 1974 (Guinea-Bissau) y 1975 (Cabo Verde). El PAIGC era una organización revolucionaria que llegó a utilizar las armas como instrumentos de combate. Cabral, además de cofundador, se erigió en líder principal. Era partidario del diálogo, no instigaba al odio y acusaba a los colonizadores de ser los culpables del uso de las armas. La masacre de Pidjiguiti, ocurrida en 1959, refuerza la propuesta de Cabral. Cuando los trabajadores del puerto de Bissau protestaron para mejorar sus condiciones laborales, fueron reprimidos violentamente, con el resultado de innumerables muertos y heridos. En otras palabras, los colonialistas no dieron otra opción al PAIGC que contraatacar.

Uno de los temas centrales del cuestionamiento de la colonización portuguesa fue el vaciamiento de la cultura africana, sin perder de vista la usurpación de la riqueza y la opresión racial. En este sentido, la reflexión de Cabral (1978) puede ayudarnos a comprender lo que ocurría en las colonias:

"Toda la educación portuguesa menosprecia la cultura y la civilización del africano. Las lenguas africanas están prohibidas en las escuelas. Siempre se presenta al hombre blanco como superior y al africano como inferior. Los conquistadores coloniales son descritos como santos y héroes. Los niños adquieren un complejo de inferioridad cuando entran en la escuela primaria. Aprenden a temer al hombre blanco y a avergonzarse de ser africanos [...]".

Este obstáculo demostró a Cabral que la cultura, incrustada en toda la complejidad del binomio -colonizado y colonizador-, sería el pilar de los pueblos y que su destrucción avalaría el argumento del saqueo de los colonizados. Por lo tanto, para superar la colonización sería necesario fortalecer, concienciar y defender la cultura africana. En primer lugar, esto era mucho más importante que la independencia política. Desde este punto de vista, de nada serviría expulsar a los colonizadores si el imaginario de la población seguía basándose en referencias ajenas.

Cabral era un intelectual marxista y siempre apostó por el pensamiento crítico, haciendo que la organización de la lucha no fuera fruto de su propia mente, sino que estuviera en consonancia con la realidad concreta de la tierra. Defendía la educación como contribución a la emancipación del pueblo. En las reuniones de la organización, explicaba con un lenguaje sencillo y didáctico, ofreciendo ejemplos de mística, física, agronomía y todo aquello que facilitase la comprensión de las ideas y el diálogo con las experiencias de los militantes. Otro factor digno de mención era el nivel de conciencia política y humana que Cabral defendía cuando ingresó en el PAIGC. Deconstruyó, por ejemplo, el papel secundario relegado a las mujeres en la mayoría de las naciones y mostró a los militantes su importancia en el proceso revolucionario. Muchas de ellas fueron comandantes, comisarias y combatientes en el frente. La lucidez y brillantez de Cabral suscitaron incluso la admiración del pedagogo Paulo Freire, que lo llamó el "Pedagogo de la Revolución".

Aún queda mucho por explorar sobre Amílcar Cabral. Sin embargo, la sección biográfica pretendía destacar a un intelectual que a veces se pasa por alto, pero que dejó un importante marco teórico. Para los negros que luchan por la igualdad de derechos y la emancipación económica, contra la estigmatización y los estereotipos, el legado de Cabral puede proporcionarles lecciones en las que la defensa de la cultura negra en Brasil debe ser la premisa. Así será más fácil combatir el racismo heredado del mismo colonialismo al que en su día se enfrentaron el "Pedagogo de la Revolución" y el PAIGC.

Referencias

CABRAL, Amílcar. Unidad y Lucha I. El arma de la teoría. Textos coordinados por Mário Pinto de Andrade, Lisboa: Seara Nova, 1978.

CABRAL, Amílcar . Guinea-Bissau - una nación africana forjada en la lucha. Lisboa. Nova Aurora, 1974.

ROMÃO, José Eustáquio; GADOTTI, Moacir. Paulo Freire y Amílcar Cabral: la descolonización de las mentes. São Paulo: Editora e livraria Instituto Paulo Freire, 2012.

Texto de Ricardo Corrêa. Publicado en geledes.org.br.

Amílcar Cabral e a cultura africana como resistência | Esquerda


A: Es el segundo artículo de nuestro modesto homenaje a Cabral.