Los tres países sahelianos, gobernados por regímenes militares tras golpes de Estado entre 2020 y 2023, han formado su propia confederación, la Alianza de Estados del Sahel (AES), y han roto con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).
Los embargos impuestos por la organización de África Occidental a los tres países tras los golpes han llevado a Malí, Níger y Burkina a recurrir a otros puertos para transportar mercancías a sus territorios sin salida al mar.
Por ejemplo, a pesar del levantamiento de las sanciones de la CEDEAO, Níger sigue cerrando su frontera con el vecino Benín, al que acusa de intentar desestabilizarlo. Cotonú es el puerto más cercano a Niamey, por el que pasaba el 80% de la carga de Níger antes de la crisis.
Lo mismo puede decirse de Abiyán, cuyo puerto autónomo reconoció en el primer semestre de 2024 un descenso del transporte de mercancías por carretera, "debido principalmente a la crisis diplomática" entre Costa de Marfil y los países del AOM, según un documento del Ministerio marfileño de Transportes.
Los países de la AOM mantienen tensas relaciones con Costa de Marfil y Benín en particular, a diferencia de Togo y Guinea: por ello, los puertos de Lomé y Conakry se han convertido en importantes puntos de tránsito.

En 2022, en pleno auge de las sanciones de la CEDEAO contra Malí, el tránsito maliense, por ejemplo, creció exponencialmente en el puerto de Conakry, aumentando un 243% con respecto al año anterior, según declaró a la AFP el representante del puerto de Conakry en Bamako.
Pero no todas estas nuevas rutas son buenas noticias: el tránsito por Togo obliga a los camiones a dar largos rodeos, sobre todo para llegar a Níger, y a atravesar zonas propensas a mortíferos atentados yihadistas.
"Esto conlleva un aumento de más del 100% de los costes logísticos en comparación con la ruta anterior a la crisis, con repercusiones en los precios de los alimentos", añade un estudio de la OCDE publicado en diciembre de 2024.
En el mercado maliense del centro de Dakar, los comerciantes están divididos ante la retirada de los países de la AEE de la CEDEAO.
Ousmane Diouf, cuyas joyas, objetos y taparrabos proceden de estos países, considera que la ruptura de los tres países con la CEDEAO es un "problema entre Estados", y no tendrá ninguna repercusión en el abastecimiento de productos de Malí, Níger y Burkina Faso.
Su colega maliense Mohamed Konaté, vendedor de telas, teme por los "días venideros", ya que los derechos de aduana han aumentado en los últimos años.
"Hay incertidumbre en el horizonte", afirma.
Imagen de portada: AFP/Archivos.