El "asunto Bello Baltasar", una ilustración de la creciente disolución de los valores morales en el continente africano a través de las TIC. Vignikpo Akpéné, Afriquinfos. 21 de noviembre de 2024

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11/21/24
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Sociedad
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Lomé (© 2024 Afriquinfos)-En todo el continente, el asunto Bello Baltasar ha confirmado fuertes tendencias en la posesión y el intercambio de contenidos íntimos, incluidos cuerpos desnudos o parcialmente desnudos, e incluso relaciones sexuales en dispositivos móviles y conectados. Esta constatación apunta a un cambio fundamental en las normas implícitas que rigen las interacciones sociales y amorosas en la era digital, lo que expone a las personas a mayores riesgos.

En el caso de Baltasar Ebang Engonga, se encontraron más de 400 archivos en su teléfono móvil. En ellos, este eminente miembro del gobierno mantiene relaciones íntimas con numerosas mujeres. La mayoría de ellas son hijas o esposas de ministros o importantes personalidades del gobierno. Algunas relaciones sexuales tienen lugar en el Ministerio de Finanzas, en su despacho, a veces con la bandera de Guinea Ecuatorial de fondo.

Este fenómeno no sólo pone de manifiesto el creciente impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la degradación de los valores morales en África, sino que también plantea importantes cuestiones éticas y morales, poniendo en tela de juicio los valores del respeto a la intimidad y el consentimiento. En muchos contextos culturales africanos, la noción de respeto y honor familiar puede contrastar con la vergüenza y la estigmatización que a menudo acompañan a las víctimas de este tipo de violencia, y esto es lo que ilustra el asunto Bello Baltasar.

El escándalo en Guinea Ecuatorial relacionado con contenidos comprometedores, como los vídeos incautados durante los registros, ilustra cómo estas herramientas pueden utilizarse con fines malintencionados, exacerbando la corrupción y la impunidad. Esta situación atestigua un cambio de las normas éticas y sociales en el continente, que incita a reflexionar sobre la integridad y la responsabilidad en el uso de las TIC.

Las imágenes de carácter sexual han provocado numerosas reacciones en las redes sociales, entre ellas Facebook, X y tiktok. Se produjo una avalancha de discusiones y debates, alimentados por los vídeos compartidos en la red desde Guinea Ecuatorial. El asunto adquirió una dimensión internacional y medios de comunicación de todo el mundo se hicieron eco de la historia.

En la mayoría de los vídeos, los rostros de las parejas de Baltasar Ebang Engonga no aparecen borrosos. Durante varios días, se publicaron nuevos vídeos a cuentagotas. La difusión viral de imágenes que mostraban al alto funcionario en plena actividad sexual llevó a las autoridades a reducir el flujo de tráfico en Internet para restringir las descargas.

Esta medida no sirvió para aplacar la polémica. Los internautas han utilizado los vídeos para crear fotomontajes y canciones, incluso se ha creado un baile y un medicamento para obtener vigor sexual está en la cresta de la ola.

Los famosos también reaccionaron, desde la estrella nigeriana Davido hasta la rapera francesa Kaaris. Todos ellos dieron su opinión.

Videos cercanos porno-revancha

El otro aspecto de los vídeos sexuales es que abren la puerta a casos de "porno de venganza", en los que alguien filtra vídeos íntimos de otra persona para dañar su reputación. Esto pone de relieve la importancia de la cuestión del consentimiento y la privacidad en las relaciones personales.

En Guinea Ecuatorial, el gobierno intentó sin éxito limitar la distribución de cientos de vídeos pornográficos en los que aparecía el alto funcionario. El asunto simplemente traspasó fronteras.

La televisión estatal TVGE emitió el testimonio de una mujer, cuyo rostro aparecía difuminado, que se identificó como una de las parejas de Engonga y expresó su indignación, preguntándose cómo era posible que se hubieran conservado los vídeos sin su consentimiento. Explicó que había aceptado que la filmaran, pero que pensaba que luego borrarían las imágenes, lo que la dejó sintiéndose humillada y con su reputación dañada.

El fenómeno de la pornografía vengativa, tanto en África como en otras partes del mundo, está creciendo, con un aumento de los casos de intercambio no consentido de contenido sexual explícito. Aunque la persona filmada haya dado su consentimiento inicial a la grabación, la ley castiga este delito.

Se están empezando a introducir leyes para combatir esta lacra, pero la eficacia de estas medidas depende en gran medida de la concienciación pública y del cambio de actitud ante los derechos individuales y la protección contra los abusos en línea.

Los escándalos sexuales proliferan en África Central.

No es la primera vez que se filtran en las redes sociales vídeos sexuales en los que están implicados funcionarios, pero el caso ha adquirido una dimensión sin precedentes debido a la notoriedad de los protagonistas.

Desnudarse o hacer el amor delante de una cámara es hoy una moda. Los juegos sexuales por webcam o teléfono móvil están de moda, aunque en África el fenómeno refleje un alto grado de inmoralidad. Una encuesta reciente reveló la amplitud del fenómeno en Francia: la proporción de jóvenes (entre 18 y 25 años) que ya se han entregado a estas prácticas casi se duplicó entre 2009 (9%) y 2013 (16%). Además, uno de cada diez jóvenes (el 11 % de los encuestados) afirma haber grabado ya un "vídeo sexual".

Hacer el amor delante de una cámara es una tendencia cada vez más popular entre las parejas. Por supuesto, un vídeo sexual puede ser una buena forma de estimular la vida sexual, pero hay que ser consciente de los riesgos que entraña su difusión incontrolada. He aquí una actualización sobre este fenómeno.

Podríamos inclinarnos a pensar que son la cultura de la imagen y la mayor visibilidad de las películas pornográficas las que han contribuido a democratizar los vídeos sexuales. Aunque, en teoría, están destinados a ser vistos en privado, en raras ocasiones pueden hacerse públicos.

El caso Baltasar, que está en boca de todos, lleva a quienes no lo practican a preguntarse qué motivos hay detrás de un vídeo sexual. Las parejas que graban sus encuentros sexuales aducen varias razones. Dicen que es una forma de animar su vida sexual, romper con la monotonía, probar nuevas experiencias o incluso meterse en la piel de un actor o actriz de cine para adultos.

'Affaire Bello Baltasar', illustration de la dissolution grandissante des valeurs morales sur le continent africain au moyen des TIC (afriquinfos.com)

En la fotografia de cabecera: un teléfono en modo de disparo (DR-Agora Francófono)

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