El panorama económico mundial, dominado durante mucho tiempo por las potencias occidentales y apuntalado por la preeminencia del dólar, parece estar a punto de cambiar. Frente a un sistema financiero centralizado en torno a Estados Unidos y Europa, muchas naciones expresan un deseo creciente de recurrir a alternativas. Esta tendencia se acelera con el reciente anuncio de que más de veinte países de vario 23 nuevos países llaman a la puerta de los BRICSLun 13 Ene 202
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El panorama económico mundial, dominado durante mucho tiempo por las potencias occidentales y apuntalado por la preeminencia del dólar, parece estar a punto de cambia s continentes han solicitado oficialmente su adhesión a los BRICS en 2025. Si este proyecto prospera, la ampliación del bloque formado podría reforzar su peso económico, pero también redefinir el equilibrio de poder a escala mundial.
Los BRICS se enfrentan a una oleada de candidaturas sin precedentes
Desde hace años, los BRICS suscitan un interés creciente entre las economías emergentes deseosas de emanciparse de las estructuras financieras tradicionales dominadas por Occidente. En 2025, la alianza podría experimentar una importante transformación, con veintitrés países que solicitan oficialmente su adhesión, entre ellos Azerbaiyán, Bahréin, Bangladesh, Burkina Faso, Camboya, Chad, Colombia, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Honduras, Laos, Kuwait, Marruecos, Myanmar, Nicaragua, Pakistán, Palestina, Senegal, Sudán del Sur, Sri Lanka, Siria, Venezuela y Zimbabue.
Esta movilización refleja un deseo compartido por estas naciones de reducir su dependencia del dólar estadounidense, considerado un instrumento de dominación económica. Para ellos, la adhesión a los BRICS es una oportunidad de reforzar su soberanía financiera con vistas a acceder a nuevas dinámicas comerciales. Al adoptar sistemas que favorecen las transacciones en moneda local, estos países esperan minimizar los riesgos asociados a las fluctuaciones del billete verde. Además, pueden consolidar sus intercambios comerciales con potencias como China e India. Esta posible ampliación de los BRICS ilustra así una búsqueda activa de equilibrios económicos más inclusivos y diversificados.
¿Hacia un reequilibrio geopolítico mundial?
La expansión de los BRICS puede alterar profundamente el equilibrio económico y político mundial. Hasta la fecha, el bloque representa casi el 40% de la población mundial y una parte sustancial del PIB global, pero la integración de nuevos miembros podría aumentar su peso e influencia. Este escenario alarma a varias potencias occidentales, que ven en esta expansión una palanca que permitiría a grandes actores como China y Rusia consolidar su dominio de los mercados internacionales.
Al mismo tiempo, el proyecto de crear una moneda común, que se debate desde hace varios años en el seno de los BRICS, podría relanzarse y materializarse gracias a esta ampliación. El objetivo de tal iniciativa sería reducir la dependencia de los miembros respecto al dólar estadounidense y facilitar las transacciones dentro del bloque. Algunos observadores creen que una moneda común también podría transformar el comercio mundial mediante la desdolarización gradual, sobre todo en el comercio del petróleo y otros sectores estratégicos.
Sin embargo, las ambiciones de los BRICS no están exentas de dificultades. Es probable que la heterogeneidad de las economías candidatas, con sus diferentes perfiles y prioridades, complique la aplicación de estrategias comunes. Además, las diferencias geopolíticas entre algunos miembros actuales y potenciales podrían obstaculizar la cohesión del bloque, limitando su capacidad para actuar de forma unificada. A pesar de estos obstáculos, esta ampliación permite vislumbrar un mundo multipolar en ciernes, en el que el poder económico se distribuiría de forma más equitativa entre las naciones.
Con 23 países en liza para unirse a la alianza, los BRICS refuerzan su posición como actor principal en la transformación económica mundial. Si estas candidaturas prosperan en 2025, la ampliación marcará un paso decisivo hacia un mundo multipolar, donde las decisiones económicas dejarán de estar concentradas exclusivamente en manos de las potencias occidentales. Sin embargo, el verdadero reto para los BRICS reside en su capacidad para armonizar los variados intereses de sus miembros y estructurar eficazmente esta ampliación. El éxito en este empeño no sólo podría redefinir la dinámica financiera mundial, sino también dar a las naciones emergentes una voz más fuerte en la escena internacional.
Luc José A.
Graduado en Sciences Po Toulouse y titular de una certificación de consultor blockchain emitida por Alyra, me uní a la aventura de Cointribune en 2019. Convencido del potencial de blockchain para transformar muchos sectores de la economía, me he comprometido a sensibilizar e informar al público en general sobre este ecosistema en constante evolución. Mi objetivo es que todo el mundo pueda entender mejor blockchain y aprovechar las oportunidades que ofrece. Cada día me esfuerzo por ofrecer un análisis objetivo de las noticias, descifrar las tendencias del mercado, transmitir las últimas innovaciones tecnológicas y poner en perspectiva los retos económicos y sociales de esta revolución en curso.
23 nouveaux pays frappent à la porte des BRICS