«Made in Guinea Ecuatorial": el eslogan vacío de un régimen de corrupción y fracaso. Radio Rombe. 20 de Noviembre de 2024.

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11/21/24
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Economía
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Todo empezó con Nexime Technologies Equatorial Guinea Ltd, una filial de Nexime Technologies FZLLC, propiedad del jeque árabe Sheikh Ahmed Dalmook Al Maktoum. En octubre de 2019, el dictador Teodoro Obiang Nguema anunció a bombo y platillo la supuesta apertura de una planta de fabricación de dispositivos móviles bajo la marca «AfriOne», promocionada con el grotesco eslogan «Made in Equatorial Guinea». Lo que ocurrió en realidad fue lo de siempre: las oficinas de Nexime se instalaron en propiedades de Abayak, la empresa privada de los Obiang, utilizada para disfrazar el desfalco de comisiones bajo la apariencia de actividades comerciales.

El gobierno vendió esta mascarada como un gran avance industrial: «Producción de smartphones, ordenadores, tabletas, televisores de alta gama y accesorios tecnológicos». Cuatro años después, los resultados no sorprenden: la fábrica no existe, no se ha fabricado ningún producto y los millones asignados al proyecto se han esfumado. ¿Dónde están los responsables? ¿Quién debe rendir cuentas? Como siempre bajo este régimen, la respuesta es nadie.

La historia de los proyectos fantasma: Mbini, un ejemplo flagrante de corrupción y malversación de fondos
No es la primera vez que el gobierno de Guinea Ecuatorial se embarca en proyectos millonarios que acaban en fracaso total. En el marco del irreal e infructuoso Plan Nacional de Industrialización Horizonte 2020, ahora aplazado hasta 2035, las autoridades han promovido innumerables iniciativas fantasma, valoradas en cientos de millones de dólares. Uno de los ejemplos más escandalosos es la supuesta creación de la Ciudad Industrial de Mbini (MIC), que se presentó fastuosamente en una conferencia sobre industrialización celebrada en Sipopo.

En este acto, dirigido por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos y representado por Gabriel Mbaga Obiang Lima, el gobierno desveló ambiciosos planes: urbanización, construcción de infraestructuras básicas y una refinería de petróleo como elemento central del proyecto. Para dar una apariencia de seriedad, incluso enviaron a 15 funcionarios a Malasia entre 2013 y 2014 para formarse en refino de petróleo en Petronas, prometiendo que Guinea Ecuatorial dejaría su impronta en el sector de la transformación energética.

En 2017, el Gobierno aprobó el decreto-ley de creación de la Ciudad Industrial y Zona Económica Especial de Mbini, con unos objetivos utópicos: «promover la creación de empleo, atraer inversión extranjera, exportar productos de calidad, adoptar tecnologías punteras y posicionar al país en el mercado industrial».

El proyecto contaba con un presupuesto de 374.000 millones de FCFA, incluidos en el programa de inversiones públicas del Ministerio de Minas e Hidrocarburos para 2017. Durante este periodo, César Augusto Mba Abogo fue Director de Contenido Nacional y Vicente Abeso fue Director de Hidrocarburos. Once años después de la presentación de este proyecto, nada se ha construido, ni siquiera se ha puesto una piedra. Sin embargo, el presupuesto asignado se liberó y se evaporó sin dejar rastro.

Hoy, la Ciudad Industrial de Mbini sigue siendo un vergonzoso recordatorio de cómo el gobierno utiliza estos proyectos como pretexto para malversar fondos públicos.

La farsa de Teodorín y Soma Enterprise Ltd
El hijo del dictador, Teodoro Nguema Obiang Mangue, recicla la misma retórica populista. Ayer, en su cuenta de Twitter, anunció en tono triunfalista que Soma Enterprise Ltd, una constructora india, invertirá más de 150 millones de dólares al año en Guinea Ecuatorial. Según sus declaraciones, los proyectos incluyen un polígono industrial en Djibloho y piscifactorías en Bata, Utonde y Mbini. Sin embargo, Djibloho, anunciada como la futura capital económica del país, es en realidad un monumento al despilfarro y la incompetencia: una ciudad fantasma sin actividad económica real ni perspectivas de desarrollo.

Para no quedarse ahí, Teodorín ha añadido un proyecto agrícola denominado «Made in G.E.» en Mongomo, Micomeseng y Río Campo, diseñado para exportar productos. Pero no hay que escarbar mucho para ver que se trata de otra promesa vacía. No se trata de desarrollo ni de diversificación económica; se trata de desviar la atención y mantener distraídos a los ecuatoguineanos mientras la familia Obiang sigue saqueando el país.

Todo para los Obiang
Nada se mueve en Guinea Ecuatorial sin que los Obiang se beneficien. El jeque Ahmed Dalmook Al Maktoum, por ejemplo, es un socio clave de la familia. Asistió como invitado especial a la boda del hijo del dictador en 2020 y, pocos meses después, firmó un acuerdo con el Gobierno, no sin antes ceder un superyate a Teodoro Nguema Obiang Mangue. Estas relaciones no son más que una cortina de humo para la corrupción a gran escala.

La etiqueta «Made in Guinea Ecuatorial» o «Hecho en G.E.» es un insulto al país y a sus ciudadanos. No representa ni el desarrollo ni la industrialización, sino la arrogancia de un régimen que utiliza estas campañas como herramienta de propaganda mientras destruye cualquier posibilidad de progreso. Cada proyecto abortado y cada dólar malversado son la prueba del desprecio absoluto de la familia Obiang por el futuro de Guinea Ecuatorial.

Etiquetas: César Augusto Mba Abogo, Made in Equatorial Guinea, Gabriel Mbaga Obiang Lima, Made in G.E., Nexime Technologies FZLLC, Nexime Technologies Equatorial Guinea Ltd, Plan Nacional de Industrialización Horizonte 2020, Jeque Ahmed Dalmook Al Maktoum, Teodoro Nguema Obiang Mangue, Vicente Abeso, Ciudad Industrial y Zona Económica Especial de Mbini
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