16 de diciembre de 2024-16 de febrero de 2025: han pasado dos meses desde la cumbre extraordinaria de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) celebrada en Yaundé el 16 de diciembre de 2024. En general, parece que se ha hecho poco para aplicar las distintas resoluciones, especialmente en el ámbito de las finanzas públicas y «en favor de la independencia y el refuerzo de las capacidades del Banco Central, la Comisión Bancaria y otras instituciones comunitarias». Cualquier retraso podría poner en peligro la conclusión de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que algunos países esperan para recibir ayuda financiera de esta institución multilateral.
Crisis de gobernanza en el Banco Central
En cuanto al Banco de los Estados de África Central (BEAC), una de las principales instituciones de esta comunidad, las acciones ya emprendidas distan mucho de ajustarse a las directrices fijadas. Hay que felicitarse por la información publicada en las redes sociales el 29 de enero de 2025 por el banco central de la comunidad sobre la auditoría del tan controvertido concurso de contratación de sus altos ejecutivos en mayo de 2022, por favoritismo y nepotismo. Sin embargo, el largo retraso entre ambos acontecimientos demuestra la falta de interés de las partes interesadas de esta institución por el buen gobierno y la eficiencia. Y, sin embargo, existe un fuerte riesgo jurídico en torno a este asunto desde que comenzó.
Además, el descubrimiento en las actas del Consejo de Ministros de Gabón del 17 de enero de 2025 de la salida del miembro gabonés de la estructura de gobernanza de la BEAC, sin comunicación alguna por parte de la BEAC ni de la Comisión de la CEMAC, las dos instituciones afectadas, ha sumido de nuevo a la opinión pública en la persistente opacidad de la gobernanza subregional.
El reglamento del BEAC estipula que la destitución de uno de sus dirigentes sólo puede ser decidida por los Jefes de Estado, previo dictamen unánime del Comité Ministerial. Por lo tanto, la interrupción del mandato de un dirigente sólo puede atribuirse, principalmente, a una violación de los «principios de independencia, imparcialidad y neutralidad inherentes a sus funciones» o a una falta profesional grave, en particular en materia de conflictos de intereses.
El incumplimiento de estas disposiciones, salvo en el caso de las consultas domiciliarias secretas, contradice la voluntad de transparencia expresada el 16 de diciembre de 2024. Da lugar a sospechas legítimas sobre comportamientos poco evidentes que no están sujetos a los controles formales recomendados. También refuerza las dudas sobre el compromiso real de los dirigentes de la CEMAC con la rendición de cuentas y la lucha contra la impunidad de los responsables de las instituciones subregionales.
Esta destitución ordenada es también el resultado de fuertes disensiones internas que ya habían surgido en el seno del gobierno del banco central antes de la marcha del anterior gobernador. Según la prensa subregional, las tensiones que se han hecho perennes, a pesar de la llamada al orden hecha por el actual Presidente de la CEMAC tras la cumbre extraordinaria de abril de 2024, tienen su origen en una interpretación «anárquica» y errónea de la noción de colegialidad.
Al analizarla, algunos miembros de este órgano, cada uno en representación de su país y nombrados por la Conferencia de Jefes de Estado de la CEMAC, consideran que no tienen que someterse a la autoridad del Gobernador. Juntos, pretenden ignorar que la colegialidad (liderazgo ejercido de manera concertada), en el contexto de la independencia de un banco central perteneciente a varios países, se centra en la consecución primordial del interés general subregional, principalmente la buena gestión del Banco Central según las normas exigidas, y no la de un interés personal o la de un solo país.
Problemático nombramiento de un gabonés en el Consejo de Administración del BEAC
El nombramiento de un nuevo miembro gabonés del Consejo de Administración del BEAC, consejero especial del Presidente de transición, también plantea interrogantes sobre la preocupación real por la independencia efectiva del banco central. El hecho de que todos los miembros del Consejo de Administración sean funcionarios del Gobierno confirma el control político casi absoluto de los órganos de gestión y supervisión del BEAC. Cabe señalar que, en cada uno de los países miembros considerados, los miembros de estos órganos tienen estrechos vínculos políticos y étnicos.
La frecuencia de los escándalos en el BEAC, hechos públicos por la prensa o difundidos por rumores (el concurso de contratación de altos ejecutivos de 2022, la presunta implicación de un director de sucursal en la circulación de billetes falsos en Guinea Ecuatorial en 2024, la sobrefacturación de billetes de avión, etc.) demuestra la necesidad urgente de revisar drásticamente el funcionamiento y el nombramiento de estos funcionarios.
Las disfunciones son visibles en todas las instituciones subregionales y adquieren a veces proporciones insoportables, especialmente en el GABAC (Groupe d'action contre le blanchiment d'argent en Afrique centrale). Los malos resultados de la subregión en este ámbito, donde cuatro de sus seis países figuran entre los diez países del mundo con mayor riesgo de blanqueo de capitales[1], no son sin duda casuales. ¡De hecho, la GABAC indica en su sitio web que su último informe de actividad abarca el ejercicio 2013-2014!
En términos más generales, la CEMAC sigue sin brillar en su afán por recuperar la plena soberanía monetaria, con escaso respeto por su rendición de cuentas. Por ejemplo, el 4 de febrero de 2025 se celebró en Duala (Camerún) una reunión extraordinaria del Comité Ministerial, dedicada a «la reforma del marco de cooperación monetaria en África Central».
Afortunadamente, sólo el gobierno gabonés informó sobre esta reunión. Por su parte, la Comisión de la CEMAC y el BEAC, encargados de este asunto desde 2019, han guardado silencio deliberadamente, a pesar de su deber de informar al público. Incluso cuando se publican, los comunicados de prensa del BEAC son cada vez más esqueléticos y sibilinos.
Sorprendente apego al FCFA
Hasta ahora no se ha confirmado la realidad de un proyecto en curso de revisión de la gestión de la moneda de la CEMAC. Como informan algunos periódicos y los rumores de 2024, fuera de las mejores prácticas internacionales para los bancos centrales, los miembros del gobierno del BEAC están sobre todo apegados a defender aumentos de sus salarios, el pago de primas de balance, la desmonetización de los billetes, etc., proscritos en otros bancos centrales.
çEsta situación prospera, sobre todo en detrimento de la consolidación regular de los recursos propios del Banco, sin que se conozca ninguna reacción clara de sus órganos de control (Comité Ministerial, Consejo de Administración, Comité de Auditoría, Colegio de Censores). Además, debería disolverse la Junta de Auditores, redundante con el Comité de Vigilancia introducido en 2007.
La organización exprés de la cumbre extraordinaria del pasado mes de diciembre, bajo la presión amistosa de socios exteriores (FMI, Francia, etc.) preocupados, en particular, por las tensiones en el tesoro público y los riesgos de una caída importante de las reservas de divisas, demuestra la ausencia de una reflexión interna seria sobre este tema. Esta infantilización de la subregión no parece tener consecuencias. Un reciente informe del Senado francés sobre las relaciones entre Francia y los países africanos[2] hace referencia a la reticencia de los jefes de Estado africanos a llevar a cabo la reforma del franco CFA.
La elección del statu quo por parte de estos dirigentes, alimentada por su temor a no poder controlar el proceso de creación de una moneda común autónoma, es indicativa de su falta de confianza en sus propios ejecutivos y dirigentes. Sin embargo, la inacción está resultando perjudicial para sus economías, que podrían quedarse aún más rezagadas en un momento en el que la competencia entre países y regiones del mundo va a aumentar bajo el ariete de Trump.
Para lograr la plena autonomía monetaria de la subregión, acelerar el desarrollo de los países miembros e impulsar su integración, es imprescindible llevar a cabo una amplia reforma de la arquitectura institucional de la CEMAC, también en el ámbito monetario. Y esto es urgente. En particular, debe ir encaminada, con mucho valor, a racionalizar las instituciones y organismos especializados existentes, con, entre otras cosas, la unificación de las dos uniones (económica y monetaria) y una revisión a fondo de los procedimientos de contratación de los responsables de las instituciones para que dejen de verse como representantes de sus respectivos países y rindan cuentas explícitamente de su gestión y resultados al conjunto de la comunidad.
La elaboración de un plan de reforma, indispensable para que la subregión deje de quedarse rezagada, debería confiarse a un comité ad hoc multidisciplinar que incluya un número significativo de expertos independientes, con el fin de limitar los conflictos de intereses ligados a la participación exclusiva de miembros de los órganos de las instituciones actuales.
Para alcanzar este objetivo, corresponde a los Jefes de Estado de la CEMAC reflexionar, en particular favoreciendo la diversidad y la equidad en el nombramiento de los responsables de estas instituciones.
[1] AML Basel Index. 13º BC-FT Global Risk Index.
[2] Véase L'Afrique dans tous ses Etats. Documento informativo. Senado francés. Enero de 2025
Djimadoum Mandekor, economista, antiguo Director Central del BEAC (2012-2019)