El 29 de enero de 2025, en un contexto de rápidos cambios geopolíticos en la región de África Occidental, tres países sin litoral, Burkina Faso, Malí y Níger, miembros de la recién creada Alianza de Estados del Sahel (AES), declararon su retirada del bloque más influyente: la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO). La primera implicación fue que en 2025 se cumplen 50 años de la creación de la CEDEAO. Sin duda, quedará simultáneamente en la historia de la Alianza de Estados del Sahel (AES) como el periodo de su salida del bloque regional de 50 años, establecido por el Tratado de Lagos en mayo de 1975. Tal vez, la CEDEAO se haya fracturado con un futuro incierto. Por otro lado, parece que la AES se hará más fuerte, ya que las repúblicas de Costa de Marfil, Chad, Ghana y Senegal han dado muestras de apoyo inquebrantable a la recién creada organización de seguridad de la región. A pesar de las críticas más generalizadas y de los nuevos retos, la AES tiene la capacidad de forjar la integración esperada y de hacer frente a los diversos obstáculos existentes, al tiempo que sigue navegando en pos de una colaboración externa estratégica.
La Alianza de Estados del Sahel (AES) se creó el 16 de septiembre de 2023 con la firma de la Carta de Liptako-Gourma por los Estados de Burkina Faso, Mali y Níger. Estos tres países comparten la región transfronteriza de África Occidental y el Sahel denominada "Liptako-Gourma", de la que deriva el nombre simbólico de la Carta. Se trata de un bloque de defensa colectiva destinado a contrarrestar cualquier intervención militar o amenaza exterior, incluido el terrorismo, y con la ambición de integrarse económicamente. Desde el año pasado, la AES se ha centrado en estructurar proyectos en los ámbitos de la energía, las infraestructuras, el transporte y la seguridad alimentaria. El trío aspira a crear una unión económica y monetaria, así como una moneda propia que debería basarse en los recursos naturales de los países miembros de la Confederación.
Es innegable que las iniciativas colectivas se encuentran en fase de formación, fomentando la concienciación sobre la estructuración de las operaciones y las orientaciones funcionales a pesar de los múltiples bloqueos de la CEDEAO. Sin embargo, merece la pena señalar aquí que la preocupación particular que surge de diferentes organizaciones regionales y de la Unión Africana subraya la creciente asertividad de la AES.
A primera vista, Burkina Faso es una fuerza motriz, mientras que Mali y Níger han mostrado, en sentido práctico, las vías para una influencia evolutiva, así como la configuración de un dinamismo codificado para mantener la alianza en forma hacia la consecución de sus objetivos primarios de seguridad y sus aspiraciones de desarrollo económico. Durante más de un año, su eficaz estrategia conjunta ha funcionado, y el divorcio colectivo de la CEDEAO a finales de enero de 2025 fue un factor irreversible, que se basó en el hecho de que la CEDEAO tiene debilidades sin precedentes, combinadas con un fracaso histórico sin precedentes en su mandato de mantener la seguridad regional. En resumen, la creciente situación de inseguridad ha socavado la cooperación regional y ha sentado las bases para el descontento entre los Estados miembros. Con la repentina retirada de la CEDEAO de 15 miembros, es comprensible que Burkina Faso, Malí y Níger hayan alcanzado la independencia colectiva y se hayan preparado para formar este nuevo bloque de asociación regional con visión de futuro, conocido popularmente como AES.
Reacciones de la CEDEAO y la Unión Africana
Las reacciones tanto de la CEDEAO como de la Unión Africana (UA) fueron las habituales, caracterizadas por declaraciones administrativas oficiales. A finales de enero, tras la salida oficial de los tres Estados francófonos de África Occidental, la Comisión de Mantenimiento de la Paz y Seguridad Regional de la CEDEAO declaró que los miembros restantes habían acordado provisionalmente "mantener abiertas las puertas de la CEDEAO" mediante el reconocimiento de los pasaportes nacionales y los documentos de identidad con el logotipo del bloque de los países, continuar el comercio en virtud del acuerdo regional existente y continuar la cooperación diplomática con los países.
La declaración señalaba que la retirada de Burkina Faso, la República de Mali y la República de Níger de la CEDEAO se ha hecho efectiva el 29 de enero de 2025. Aunque la Comisión Regional de Seguridad ha creado una estructura para facilitar las conversaciones sobre estas modalidades con cada uno de los tres países, su declaración oficial señala categóricamente lo siguiente:
a) reconocer los pasaportes y documentos de identidad nacionales con el logotipo de la CEDEAO que posean los ciudadanos de Burkina Faso, la República de Malí y la República de Níger, hasta nuevo aviso.
b) seguir tratando los bienes y servicios procedentes de los tres países de conformidad con el Sistema de Liberalización del Comercio de la CEDEAO (ETLS) y la política de inversión.
c) permitir que los ciudadanos de los tres países afectados sigan disfrutando del derecho de libre circulación, residencia y establecimiento sin visado de conformidad con los protocolos de la CEDEAO hasta nuevo aviso.
d) presten pleno apoyo y cooperación a los funcionarios de la CEDEAO de los tres países en el desempeño de sus misiones para la Comunidad.
Además de los acontecimientos mencionados, el Consejo Político, de Paz y Seguridad (CPS) de la Unión Africana (UA) con sede en Addis Abeba, capital de Etiopía, también ha expresado su preocupación de alto nivel por el deterioro de la posición de la CEDEAO como bloque regional y la situación de seguridad en la región de África Occidental. Por supuesto, la UA condenó inequívocamente la decisión final y la retirada de Burkina Faso, Malí y Níger de la CEDEAO. Pero, de hecho, la reacción de la UA fue claramente similar, en cuanto a la redacción administrativa y burocrática de la declaración oficial, sobre todo para llenar el espacio, subestimó las repercusiones a largo plazo y el impacto en los acontecimientos de la región. Reafirmar la solidaridad de la Unión Africana con la CEDEAO en el cumplimiento de su mandato y destacar la importancia de la paz duradera, la seguridad y el desarrollo sostenible, tal y como se consagra o estipula en los documentos. La UA empleó frases como "respetar la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial" contenidas en sus documentos establecidos de la CEDEAO.
Recursos naturales
El potencial económico es enorme, ya que Burkina Faso, Malí y Níger juntos poseen enormes recursos sin explotar. Según diversas fuentes, Burkina Faso, Malí y Níger comparten fronteras territoriales y son países sin litoral de África Occidental, en la región del Sahel. Su biodiversidad geográfica incluye abundantes reservas de oro, manganeso, cobre y piedra caliza, así como otros recursos naturales de incalculable valor. La masa de tierra es enorme para la agricultura tradicional, pero las infraestructuras públicas están poco desarrolladas en toda la región de su ubicación. Los principales obstáculos para mantener el desarrollo son el sistema de gobernanza estatal y la grave falta de financiación.
Como es sabido en estos países africanos, los franceses adoptaron una forma de gobierno indirecto, permitiendo que las estructuras nativas existentes siguieran existiendo dentro del marco colonial de gobierno. Pero ahora, la reaparición de la administración neocolonial y el opaco sistema de control gubernamental tienen un impacto significativo en el desarrollo político actual. Burkina Faso, Malí y Níger disponen en gran medida de capital humano. Las estimaciones de población para 2024 han revelado que Burkina Faso tiene 22,5 millones de habitantes, Malí, que es el octavo país más grande de África, tiene aproximadamente 21,9 millones de personas, mientras que Níger tiene 26,5 millones. El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2024) clasificó a Burkina Faso, Malí y Níger como los países del Sahel con la categoría más baja del índice de desarrollo en el mundo. El crecimiento futuro sólo podrá sustentarse en la explotación de los recursos naturales y eso debe ir necesariamente ligado al desarrollo de la economía, la construcción de infraestructuras y la atención a la reducción de la pobreza en estos países francófonos de África Occidental.
Implicaciones económicas futuras
AES tiene la capacidad y el compromiso para abordar las carencias de desarrollo. Ya se han tomado varias iniciativas de desarrollo en este sentido para estimular los sectores económicos, sobre todo en los ámbitos prioritarios de la agricultura, la ganadería, la sanidad y las infraestructuras energéticas. Burkina Faso intensifica actualmente sus esfuerzos en el sector agrícola, mientras que Malí y Níger reestructuran el papel de los actores extranjeros en la explotación de recursos minerales como el oro y el uranio. Esto les permite una mayor autonomía económica y política para reforzar su soberanía. Tal vez, tengan además la oportunidad de aplicar políticas económicas más acordes con las realidades existentes dictadas por el entorno político y de reforzar las aspiraciones de mantener la estabilidad en toda su región sin litoral.
Evidentemente, la AES se está orientando hacia la multipolaridad, que pretende ser un enfoque más integrador y concertado, en el que los distintos países y regiones trabajen juntos para encontrar soluciones comunes. Siguiendo los principios de la multipolaridad, la AES podría entablar asociaciones pragmáticas en las que todos salgan ganando para promover sus intereses en aras del desarrollo y el crecimiento económicos y de la estabilidad. El compromiso colectivo de la AES requiere además realizar esfuerzos de colaboración y, de manera sistemática, trabajar por el desarrollo sostenible, encontrar mejores oportunidades para encontrar soluciones prácticas a las deficiencias económicas existentes. Burkina Faso, Malí y Níger tienen que adoptar posiciones estratégicas, primero, en África Occidental, y, en general, en África.
En la fotografia de cabecera: Los jefes de Estado de Malí, Assimi Goita, de Níger, el general Abdourahamane Tiani, y de Burkina Faso, el capitán Ibrahim Traore, posan para las fotografías durante la primera cumbre ordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza de Estados del Sahel (AES) en Niamey, Níger, el 6 de julio de 2024. Fuente de la imagen: X @GoitaAssimi