La Corte Internacional de Justicia (CIJ) se prepara para emitir su veredicto sobre el largo litigio que enfrenta a Guinea Ecuatorial y Gabón por la isla de Mbañe y sus islotes vecinos, Cocoteros y Conga. Aunque el litigio se refiere a la delimitación de las fronteras marítimas y terrestres, la decisión que dicte el organismo de la ONU se referirá únicamente a la legalidad de los títulos y tratados históricos esgrimidos.
Aunque se ha informado aquí y allá de que la Corte Internacional de Justicia se pronunciará definitivamente sobre la propiedad de las islas Mbanié, Conga y Cocotier, la realidad es otra. Según el registro del tribunal, la decisión debe centrarse únicamente en la legalidad de los títulos y tratados históricos presentados por las dos naciones, y no en la cuestión de la soberanía en sí;
¿Qué ley se aplica a qué contratos?
Para entender cómo se ha desarrollado este tira y afloja fraternal en los tribunales, hay que remontarse a sus orígenes. El proceso judicial se basa en el Protocolo de Marrakech, un acuerdo firmado en 2016 que pretendía resolver el conflicto de forma amistosa tras la mediación iniciada por la ONU en 2004. Fue finalmente en 2024 cuando las partes llegaron a la apertura de un juicio que promete ser histórico. Durante las audiencias, la delegación de Guinea Ecuatorial destacó una serie de tratados históricos
Entre ellos figuran los Tratados de San Ildefonso (1777) y Pardo (1778), que definieron las posesiones coloniales en la región. En respuesta, Gabón argumenta que el Convenio de Bata de 1974 confiere la soberanía sobre las islas en disputa. Esto a pesar de que Guinea Ecuatorial impugna la validez de este documento, calificándolo de "mala fe" debido a su registro tardío en las Naciones Unidas. Por ello, la CIJ examinará la legalidad de estos documentos.
Esto determinará la ley aplicable al litigio. Sin embargo, no se pronunciará sobre la cuestión de la soberanía. Este veredicto podría tener importantes implicaciones para los derechos territoriales y la explotación de los recursos naturales en esta estratégica región del Atlántico. El contencioso territorial, que dura ya más de medio siglo, ha cobrado aún más importancia tras el descubrimiento de yacimientos de hidrocarburos en las aguas próximas a Mbañe, Cocoteros y Conga.