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Tras el Grupo del Banco Mundial en diciembre de 2017 y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) cuatro años después, al término de la cumbre Cop26 celebrada en Glasgow (Escocia) en noviembre de 2021, una veintena de países desarrollados, principalmente occidentales, se comprometieron a congelar toda financiación de proyectos extranjeros de petróleo y gas que no incluyan tecnologías de captura de carbono, con vistas a la transición energética. Esta decisión supone un verdadero golpe para la industria africana del petróleo y el gas, que podría verse privada del 80% de la financiación de las operaciones petrolíferas de las empresas occidentales. En respuesta a este catastrófico escenario, los 18 países miembros de la Organización Africana de Productores de Petróleo (APPO) han estado explorando nuevas opciones de financiación, sobre todo teniendo en cuenta los limitados recursos financieros del continente para este tipo de actividades excesivamente costosas.
Para compensar estas retiradas en cascada, la solución unánime ha sido crear una institución financiera panafricana dedicada a la financiación de las actividades relacionadas con el petróleo y el gas. Y en mayo de 2022, la APPO se sacó de la chistera el plan de crear el Banco Africano de la Energía (BAE), que cuenta con el respaldo del Banco Africano de Exportación e Importación (Afreximbank), el homólogo del Banco Africano de Desarrollo (BAfD) dedicado a financiar actividades comerciales en el continente. La idea lleva cocinándose a fuego lento desde entonces, y hasta la fecha se ha recaudado el 45% de los 5.000 millones de dólares (casi 3.030 billones de francos CFA) que constituyen el capital social de la futura institución. La información procede del secretario general de la organización, el nigeriano Omar Farouk Ibrahim. El 27 de octubre habló con la prensa en Yaundé, donde se encuentra en el marco de las reuniones estatutarias de la APPO, que Camerún acoge del 28 de octubre al 1 de noviembre. Salvo cambios de última hora, deberíamos saber cuándo comenzarán las actividades de la BAE al término de la 46ª sesión del Consejo de Ministros de la APPO, prevista para este viernes en la capital camerunesa.
Por una vez, los países africanos han pasado la palabra y se organizan en sinergia frente a un discurso occidental que reclama el abandono de los combustibles fósiles en favor de las llamadas energías más respetuosas con el medio ambiente. En su posición conjunta expresada en el seno de la APPO, los 18 sostienen que, ante este creciente desinterés por los combustibles fósiles, las empresas europeas y norteamericanas se están retirando de África en cascada, En el caso de Chevron, por ejemplo, que ha dado definitivamente la espalda a la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) abandonando sus últimos yacimientos petrolíferos en Guinea Ecuatorial, «África sólo se salvará por su independencia en la financiación de las actividades petrolíferas y gasísticas en su territorio». En efecto, para la APPO, «es evidente que los países africanos no pueden prescindir de las posibilidades reales de desarrollo que ofrece la explotación de las riquezas energéticas de su subsuelo, en su política de creación de mejores condiciones de vida para sus poblaciones».
De ahí surgió la idea de crear la BAE. Entre otros pasos ya dados con vistas a la puesta en marcha de este banco, destinado a llenar el vacío dejado por los prestamistas tradicionales, el 04 de junio se rubricó en El Cairo (Egipto) un acuerdo de creación entre los dos órganos fundadores de la APPO, junto con los estatutos de la organización. De conformidad con este acuerdo, se eligió la ciudad de Abuja (Nigeria) para albergar el banco. La reunión de Yaundé podría suponer un paso importante hacia la puesta en marcha de este proyecto, cuyo objetivo es garantizar la seguridad energética del continente.
Imagen de portada: La creación del Banco Africano de la Energía, en el centro de un cónclave en Camerún.
