Ante una crisis humanitaria persistente y multidimensional en África Central, el Jefe de la UNOCA, Abdou Abarry, ha instado a los Estados miembros de la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC) a reforzar su solidaridad y a tomar medidas concretas para ayudar a las poblaciones afectadas. En su intervención en la inauguración oficial de la cumbre extraordinaria sobre la situación humanitaria en la subregión, celebrada el 7 de febrero en Malabo (Guinea Ecuatorial), señaló que el secretario general de la ONU, António Guterres, se congratuló del compromiso de los jefes de Estado y de Gobierno "para sentar las bases de una respuesta regional coordinada y adaptada a la región, a los desafíos de la crisis humanitaria". También subrayó la urgente necesidad de una acción colectiva e inmediata para aliviar el sufrimiento de millones de personas afectadas por conflictos, crisis climáticas y pandemias. Subrayó que esto también es necesario "para proteger los derechos y devolver la dignidad y la esperanza a las poblaciones atrapadas en esta espiral de vulnerabilidad".
Una situación humanitaria alarmante
En efecto, África Central sigue enfrentándose a retos humanitarios sin precedentes. Según cifras de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en diciembre de 2024 había más de 11,2 millones de desplazados en la región, incluidos 8,2 millones de desplazados internos y más de 2,6 millones de refugiados y solicitantes de asilo. Los conflictos prolongados en la República Centroafricana (RCA), el este de la República Democrática del Congo (RDC) y las regiones anglófonas de Camerún, así como los atentados terroristas en la cuenca del lago Chad, están agravando estos desplazamientos masivos. Además, la crisis de Sudán ha provocado una gran afluencia de refugiados a Chad y la RCA, poniendo a prueba la capacidad de acogida de los países vecinos.
Además de los conflictos armados, la región se enfrenta a catástrofes naturales recurrentes, como inundaciones, sequías prolongadas y erupciones volcánicas. Estos fenómenos climáticos tienen un impacto devastador en las poblaciones, destruyen infraestructuras vitales y agravan la inseguridad alimentaria. Además, las crisis sanitarias, como las relacionadas con el COVID-19, la fiebre hemorrágica del Ébola y la viruela MPOX, siguen socavando los sistemas sanitarios de varios países.
Creación del Fondo de Ayuda Humanitaria de la CEEAC
Para el responsable de la UNOCA, "la necesidad de solidaridad se ha convertido en un imperativo categórico, al igual que la necesidad de poner en común los recursos para hacerle frente, ya que ningún país puede hacer frente a estos retos por sí solo". Se congratuló de la adopción del documento sobre los principales ejes de la política humanitaria de la CEEAC, cuyo objetivo es responder eficazmente a las emergencias humanitarias, reforzando al mismo tiempo la resiliencia de la comunidad frente a los retos futuros. Los Jefes de Estado y de Gobierno pidieron al Presidente de la Comisión de la CEEAC que velara por su aplicación. Asimismo, han encomendado a esta última que acelere la elaboración de una Política Humanitaria Regional y de un Protocolo para la creación del Fondo de Ayuda Humanitaria de la CEEAC (FAH), decididos inicialmente en la XXII Sesión Ordinaria de la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebrará en febrero de 2023 en Kinshasa.
Otro ámbito estratégico abordado se refiere a la puesta en marcha del Centro de Predicción y Aplicación del Clima en África Central (CAPC-AC), con sede en Duala. Esta estructura desempeñará un papel clave en la anticipación y reducción de los riesgos asociados a las catástrofes climáticas, que agravan las crisis humanitarias en la región. El Jefe de la UNOCA reafirmó el compromiso de las Naciones Unidas de apoyar estos esfuerzos. "Juntos, tenemos la oportunidad de construir un África Central resistente, pacífica y próspera, donde la promoción de la dignidad humana y la solidaridad sean una realidad", afirmó.