Hace cinco años en Camerún tuvo lugar el gran diálogo nacional : en Yaundé, del 30 de septiembre al 4 de octubre de 2019, se celebró un evento político convocado por el Jefe del Estado, Paul Biya, para encontrar cómo responder " a las profundas aspiraciones" de las poblaciones del Noroeste y del Suroeste. En estas dos regiones anglófonas, las tensiones sociales y políticas que comenzaron con las reivindicaciones de profesores y abogados se han convertido en una crisis de seguridad desde 2017.
En 2019 se produjeron violentos enfrentamientos entre grupos separatistas armados y fuerzas gubernamentales. Cinco años después, los combates han disminuido en intensidad, pero la situación no ha vuelto a la normalidad. Los habitantes siguen viviendo con inseguridad, toques de queda y secuestros.
Para el gobierno camerunés, este gran diálogo nacional fue " un gran momento de catarsis republicana ", con resultados que Yaundé acoge con satisfacción: la concesión de un estatuto especial a las dos regiones anglófonas, los nombramientos en el seno del gobierno, la creación de una sección " common law " derivada del derecho inglés en la Escuela Nacional de la Magistratura, la racionalización del destino de los profesores anglófonos, o incluso un presupuesto para la reconstrucción.
Para Yaundé, oficialmente no se trata de discutir con los alzados en armas
En cuanto a la persistente inseguridad, las autoridades consideran que corresponde a los combatientes separatistas y a sus líderes exiliados aprovechar " la mano tendida del Presidente " para deponer las armas de una vez por todas.
Varias voces de la sociedad civil anglófona matizan el impacto real del gran diálogo de 2019. Para Fon Nsoh, si los combates han disminuido en intensidad desde entonces, es sobre todo consecuencia de la falta de coordinación entre los grupos armados y del cambio de estrategia militar de Yaundé.
En cuanto al proceso de descentralización, para el coordinador de la ONG Cominsud, a pesar de algunos avances, aún está lejos de completarse, y la desigualdad de oportunidades en el acceso a ciertos empleos es una realidad.
Muchos reclaman un nuevo diálogo, más integrador y sin tabúes, con las voces más radicales y, por tanto, separatistas. Pero para Yaundé, oficialmente no se trata de dialogar con quienes se han levantado en armas y cuestionan la forma del Estado camerunés.
El gran diálogo nacional tuvo lugar hace 5 años. También hace cinco años que Françis, de 51 años, huyó de su comuna, donde era empleado municipal, para refugiarse en Bamenda. "Teníamos el programa de desarme y reinserción, las asambleas regionales, la casa de los jefes tradicionales, el estatuto especial de las regiones Noroeste y Suroeste, detalla a nuestro corresponsal, Alphonse Tebeck. Sobre el papel, son cosas buenas. Pero sobre el terreno, seguimos viendo violencia y pobreza. A mi nivel, no noto los efectos de estas medidas".
François de Paul, de 70 años, está jubilado. Le gusta responder en francés. Lamenta que la cuestión de la vuelta al federalismo siguiera siendo tabú hace cinco años: "Porque la gente quería una federación, dijimos que les daríamos la descentralización. ¿Por qué rechazar el nombre de federación? "
Edwin, de 34 años, enseña en una escuela para discapacitados visuales. También para él, el gran diálogo nacional debería haber abordado la cuestión de la forma del Estado con los más radicales. "Esperamos que algún día podamos discutir las causas profundas de esta guerra, con los líderes separatistas en el exilio", afirma. Para mí, esto no es un diálogo, es una especie de monólogo. Por el bien de la gente que sufre, todo el mundo debe poder participar en este diálogo nacional ".
Entre otras cosas, Edwin lamenta el fracaso de los intentos de mediación de terceros Estados, como Suiza, y más recientemente Canadá.
En la fotografía de cabecera: [Imagen de archivo] El entonces primer ministro de Camerún, Joseph Dion Ngute, preside la sesión de apertura del diálogo nacional convocado por el presidente Biya, en Yaundé, Camerún, el 30 de septiembre de 2019. AFP - STRINGER
