La difusión de mensajes de estigmatización, denigración e intimidación, en un contexto de divisiones políticas y tribales a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales, está adquiriendo una proporción preocupante en el Camerún. La perspectiva de las elecciones presidenciales programadas para octubre parece ser un catalizador para el discurso de odio.
« A partir de este día, todo desorden, invectivas, manipulaciones, propagación de noticias falsas, llamamientos a la insurrección, mensajes de odio deben cesar y en adelante serán tratados con el rigor de la ley". A principios de marzo, con su habitual tono marcial, Paul Atanga Nji, ministro de Administración Territorial, uno de los "securócratas" del régimen de Paul Biya, advirtió a una opinión pública que ahora estaba expuesta a los discursos de odio transmitidos por los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales.
Lo cierto es que el nivel de alerta parece haberse alcanzado. Los mensajes se transmiten y se hacen comentarios durante los debates televisados, donde los excesos verbales, los insultos y las críticas enérgicas se mezclan de acuerdo con las afiliaciones políticas y, a menudo, los orígenes étnicos.
Recientemente, un habitual de los debates televisivos calificó de "bandido" a Ernest Ouandié, uno de los líderes emblemáticos de la Unión de los Pueblos de Camerún (UPC, partido nacionalista fundado en 1948 y del que Ruben Um Nyobé era secretario general). Estas declaraciones, consideradas insultantes para esta figura política, comúnmente percibida como un "héroe" de la lucha anticolonial, han desatado una viva polémica en la televisión y las redes sociales. Esto en un contexto de comentarios particularmente violentos, algunos de los cuales tienen connotaciones etnocomunitarias.
Discursos que propugnan divisiones políticas y tribales
La producción y circulación de estos discursos atraviesan las líneas divisorias políticas modeladas en las identidades tribales y étnicas. "Una observación de comunidades en línea especializadas en la popularización de opiniones políticas, sugiere una retirada de la comunidad en aras de cristalizar el debate político en torno a la cuestión del tribalismo", revelan, en un documento inédito consultado por RFI, Georges Madiba y Timothée Ndongue, investigadores en ciencias de la información y la comunicación de la Universidad de Douala.
Los dos académicos se interesaron por las páginas de Facebook que transmiten este tipo de discursos, como "Kerel kongossa", "Parle Que Beti" o "Parle Que Bamileke". Según ellos, "esta cristalización en la tribu, en correlación con la política, es característica de la tensión entre los detentadores de un poder que se está agotando y los que aspiran al 'cambio': expresiones denigrantes como "biyâtres", "kamtolâtre", "sardinards", "tontinards", "Ekancres", ilustran esta dualidad prolongada por el anonimato detrás del teclado".
En estas páginas aparecen insultos, amenazas, mensajes de odio. "No sé por qué estás detrás de este bandido", dice un internauta sobre una figura importante de la oposición. Les pido solemnemente que se disocien de este bandido, de lo contrario, les esperan días oscuros ».
Otro amenaza a un grupo étnico: "No sé con quién cuentan. No hagas el más mínimo ruido fuera de las empinadas laderas de las montañas, nosotros te trataremos. »
« Siento un odio visceral, destruyeron mi país a todos los niveles. No puedo deshacerme de él", admite un tercero sobre otro grupo étnico camerunés.
La clase política como caldo de cultivo
¿El caldo de cultivo de este discurso de odio? Algunos expertos señalan las insuficiencias de la clase política. "El discurso de odio es la única actividad política real, en un contexto marcado tanto por la ineficacia de las propuestas políticas, cuando existen, por la vacuidad de las palabras, como por una falta real de encarnación del discurso político, la única actividad política real", lamenta Parfait Akana, antropólogo y sociólogo de la Universidad de Yaundé 2.
Analizando, por su parte, las "fuentes profundas" de la persistencia, recurrencia y aumento de los discursos de odio, el sociólogo Armand Leka Essomba, de la Universidad de Yaundé 1, señala "la crisis del Estado de bienestar, las dudas, la impaciencia y los malentendidos en torno a la distribución de los frutos del crecimiento".
A lo que hay que añadir, según él, "la delincuencia e irresponsabilidad de ciertas élites políticas que utilizan la ira social para darle un color identitario o etnocomunitario en un contexto de tribalización generalizada de las relaciones sociales y de competencia política", insiste este académico.
El año presidencial de 2025
En Camerún, 2025 es un año con intereses eminentemente políticos. Y el período preelectoral es propicio para el aumento del discurso de odio. "Las elecciones presidenciales de 2025 son, con razón, el acelerador de lo que, en los últimos 40 años, se ha convertido, con la ayuda algunos medios de comunicación tradicionales, en un hecho estructural de la sociedad política camerunesa y del que el tribalismo es la forma más emblemática", sugiere Parfait Akana.
En este contexto político, muchas personas se preguntan cuál es el propósito de las leyes. Desde 2019, el Código Penal prevé penas de prisión de uno a dos años y una multa de 300.000 a 3 millones de francos CFA para "quien, por cualquier medio, haga discursos de odio o incitación a la violencia contra personas por su afiliación tribal o étnica". En particular, el recordatorio de estas disposiciones ocupa un lugar destacado en una vasta campaña de sensibilización lanzada y llevada a cabo por el Ministerio de Correos y Telecomunicaciones durante los últimos dos años, bajo el lema "Juntos, bloqueemos el camino hacia el discurso de odio en línea".
Por su parte, el Consejo Nacional de Comunicación (CNC), encargado de la regulación de los medios de comunicación, hace un llamado a múltiples acciones para concientizar a los hombres de los medios de comunicación. Esto se hace a través de la organización de seminarios, la publicación de comunicados de prensa y otras cartas de observación, así como las sanciones impuestas a profesionales y medios de comunicación.
Obviamente, este despliegue está luchando para superar la propagación de los discursos de odio en los medios de comunicación y las redes sociales. "Para que las medidas del Consejo sean efectivas, deben ser justas y equitativas, los profesionales y organismos afectados deben adherirse a ellas de buena fe, y los poderes públicos deben apoyar estas medidas para su firme implementación", confiesa una voz autorizada de este organismo. Estos deseos no son nuevos.
Camerún: proliferación de discursos de odio a menos de un año de las elecciones presidenciales