Disolución de la Asamblea Nacional en Senegal: Bassirou Diomaye Faye pone fin al juego. Le Pays. 12 septiembre 2024.

9/13/24
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Política
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Senegal se encamina hacia elecciones legislativas anticipadas tras la disolución de la Asamblea Nacional el 12 de septiembre de 2024. Cinco meses después de llegar al poder, el Presidente Bassirou Diomaye Faye tiene dificultades para aplicar su programa, y la Asamblea Nacional no le facilita la tarea. La Asamblea Nacional está dominada por la antigua coalición en el poder, Benno Bokk Yakaar, que está decidida a desempeñar su papel de contrapoder y dicta sus leyes en el parlamento, frente a un adversario político que le había dado un duro revés cuando estaba en la oposición. De hecho, el pasado 2 de septiembre, los diputados reunidos en sesión extraordinaria rechazaron el proyecto de reforma constitucional del nuevo ejecutivo, destinado a suprimir dos instituciones consideradas inadecuadas y costosas, a saber, el Consejo Superior de Poderes Locales y el Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE).

Al pedir la dimisión del Gobierno, la oposición parlamentaria se ha colocado en posición de rebeldía.

Se trata de un amargo revés para el sucesor de Macky Sall, para quien esta reforma era una promesa electoral, y que veía en la disolución de estas instituciones consultivas una forma de lanzar su programa de cambio, en el sentido de que la operación debería permitir al Estado realizar ahorros sustanciales de varios miles de millones de francos CFA. Si a esto añadimos la moción de censura presentada por la misma oposición contra el Primer Ministro, Ousmane Sonko, incapaz hasta ahora de hacer su Declaración de Política General (DPG), no hace falta el tercer ojo del brujo para comprender lo delicado de la situación del nuevo Ejecutivo, que se encuentra en un callejón sin salida, con sus acciones gravemente obstaculizadas. El hecho es que, al bloquear las reformas constitucionales previstas por el nuevo inquilino del Palacio de la República y al tratar, a toda costa, de obtener la dimisión del Gobierno, la oposición parlamentaria se ha colocado en una posición de desafío que no deja al Presidente Diomaye Faye más remedio que utilizar las prerrogativas que le confiere la ley en la materia para salir del atolladero. Y el Jefe del Estado está tanto más legitimado para hacerlo cuanto que, sobre la cuestión de la disolución del Parlamento, ya ha solicitado el dictamen del Presidente de la Asamblea Nacional, como exige la ley, después de que el Consejo Constitucional le asegurara previamente que «la disolución de la Asamblea Nacional puede ser pronunciada legalmente por el Presidente de la República a partir del 12 de septiembre de 2024». En otras palabras, el Presidente Diomaye Faye tiene todas las cartas para actuar. Y es tanto más esperado al respecto cuanto que fue él mismo quien convocó a la Asamblea Nacional para fijar la declaración de política general de su Primer Ministro, el 13 de septiembre, en un momento en que la ruptura entre su Gobierno y la oposición parece completamente consumada.

Diomaye Faye necesita técnica y políticamente construir una mayoría en el Parlamento

Este planteamiento parece augurar la inminencia de una decisión importante, sobre todo porque es difícil que el Presidente Diomaye Faye arroje a su Primer Ministro a merced de una oposición vengativa que pretende obtener su cabellera y bajarlo de su pedestal en un intento de debilitar al Jefe del Estado. En vista de la creciente animosidad y desconfianza entre los dos bandos, que no están lejos de reproducir las secuelas de la elección presidencial del 24 de marzo, la disolución de la Asamblea Nacional es un imperativo para el gobierno. Tanto más cuanto que, para tener vía libre en su actuación al frente del Estado, el nativo de Ndiaganiao necesita técnica y políticamente constituir una mayoría en el Parlamento. Esto va mucho más allá de los 23 diputados de su partido, los Patriotes africains du Sénégal pour le travail, l'éthique et la fraternité (PASTEF), que evidentemente no están a la altura de sus aliados de la coalición Yewwi Askan Wi en esta asamblea de 165 diputados. Así pues, mutatis mutandis, parece que nos encaminamos hacia un escenario a lo Abdoulaye Wade en Senegal con Bassirou Diomaye Faye. Pero no por ello es menos arriesgado, dado el contexto y las fuerzas en juego. A menos que el Jefe del Estado opte por el compromiso político para dotarse de un margen de maniobra a la espera de ver qué pasa. En cualquier caso, la situación no puede permanecer así mucho tiempo. Porque, tarde o temprano, Bassirou Diomaye Faye tendrá que buscar en el Parlamento la legitimidad popular de la que carece actualmente, para poder aplicar correctamente su programa. Y cuanto antes lo haga, mejor. En otras palabras, la clave no es disolver el Parlamento, sino trabajar para salir victorioso de las elecciones legislativas anticipadas que se celebrarán a continuación. Que es harina de otro costal.

"Le Pays

https://lepays.bf/senegal-les-raisons-possibles-de-la-dissolution-de-lassemblee-nationale/