China lleva varios años intentando establecer una base naval en la costa occidental de África. Así, en 2015 se contactó con Namibia para este fin. Luego fue el turno de Guinea Ecuatorial y, más recientemente, de Gabón. Según el Wall Street Journal, Ali Bongo habría dado luz verde a tal proyecto en agosto de 2023, para gran consternación de Estados Unidos. Sin embargo, el golpe de Estado ocurrido poco después dejó este asunto en suspenso.
"Cada vez que los chinos empiezan a meter las narices en un país costero africano, nos preocupamos", dijo un alto funcionario estadounidense al diario económico. Y con razón: al ser el Océano Atlántico mucho más “estrecho” que el Pacífico, una base naval en la costa de África Occidental permitiría a la marina china acercarse a Estados Unidos sin perder de vista el Golfo de Guinea, una región estratégica. dado que es ruta de tránsito para el comercio marítimo, el suministro de petróleo a Europa... y tráficos diversos, empezando por el de drogas.
Sin embargo, no es China la que ha conseguido hacerse con un punto de apoyo en esta parte del mundo... sino … Rusia que acaba de sellar un acuerdo de cooperación militar con Sao Tomé y Príncipe, país insular miembro de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa [CPLP], desde su independencia obtenida de Portugal en 1975. Esto necesariamente pesará sobre la diplomacia de Gabón, situado a menos de A 300 kilómetros de esta pequeña isla del Golfo de Guinea
Este acuerdo permite a Rusia desplegar aviones y barcos militares en el archipiélago, reforzando así su presencia en una región estratégica:
• Despliegue Militar: Autorización a Rusia para estacionar fuerzas aéreas y navales.
• Cooperación Militar: Entrenamiento conjunto, intercambio de tácticas y logística.
• Seguridad Regional: Colaboración en la lucha contra el extremismo y el terrorismo.
Para Gabón, situado a sólo 255 kilómetros de distancia, este acuerdo supone un avance notable. Gabón, históricamente influido por Francia, observará una mayor presencia rusa a sus puertas. Esta dinámica podría ofrecer a este país la oportunidad de diversificar sus alianzas y asociaciones estratégicas, mientras navega con cuidado entre las influencias rusa y francesa o no.
Este acuerdo no representa simplemente un pacto militar; simboliza un posible cambio en el equilibrio de poder en la región, con repercusiones directas en la seguridad y la política exterior de Gabón.