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A estas acusaciones se suma el exilio de los burkineses que huyen de la situación en su país y la devolución de 173 de ellos el martes por Costa de Marfil. Desde 2021, el norte de Costa de Marfil recibe un flujo constante de refugiados burkineses que huyen de los ataques armados en su país.
Ya son más de 59.000, en su mayoría mujeres y niños, según ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados. Cerca de 12.000 son solicitantes de asilo que viven en dos centros de acogida en Costa de Marfil.
La presión humanitaria en la frontera aumenta también la amenaza de atentados en el lado marfileño, «lo que lleva a Costa de Marfil a atrincherarse para que los terroristas desviados en Burkina Faso no puedan instalarse al otro lado de la frontera», declaró recientemente el ministro marfileño de Defensa, Téné Birahima Ouattara.
«Cuando un soldado marfileño cruza la frontera con Burkina Faso uno o dos metros y es capturado, lo consideramos inmediatamente un atentado. Porque la cuestión política añade el insulto a la herida. De lo contrario, en otra época, ni siquiera habríamos tenido que ocuparnos de esto. Lo habrían resuelto los estados mayores de los dos países», declaró a DW Landry Gayet Kuyo, analista político de la Escuela Nacional de Administración de Costa de Marfil.
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En septiembre de 2023, esta frontera porosa condujo a la detención de dos gendarmes marfileños en Burkina Faso, mientras que Abiyán retenía a un soldado y a un miembro de los Voluntarios para la Defensa de la Patria, detenidos en marzo de 2024 en el norte de Costa de Marfil.
Una base estadounidense
Al parecer, en el norte de Costa de Marfil se está instalando una base estadounidense para hacer frente a los grupos yihadistas que amenazan a los países del Golfo de Guinea. Este redespliegue se produce tras la salida de soldados estadounidenses de Níger.
Aunque la noticia aún no ha sido confirmada por Abiyán, su anuncio en los medios de comunicación ha provocado la reacción del capitán golpista de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, que acusa a Abiyán de querer desestabilizar su poder.
«Costa de Marfil no tiene ninguna actitud virulenta, ni palabras o discursos violentos. Se abstiene de acciones que comprometan la paz y la seguridad. Al contrario que las autoridades burkinesas, que hacen comentarios bastante duros», lamenta Landry Gayet Kuyo.
La tensión política entre los dos vecinos podría tener graves consecuencias para la estabilidad de la subregión. Costa de Marfil alberga la mayor comunidad burkinesa de África Occidental.
Bob Barry:Periodista, presentador y reportero del programa en francés de la Deutsche Welle
Imagen de portada: El jefe de la junta de Burkina Faso, Ibrahim TraoréEl jefe de la transición de Burkina Faso dice estar convencido de que su país es objetivo de un complot de Costa de Marfil y BenínImagen: Stanislav Krasilnikov/ITAR-TASS/IMAGO.
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