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Este dispositivo casero, elaborado a partir de un tubo de aerosol, aceite o gasóleo reutilizado y un paño a modo de mecha, constituye la única fuente de luz para muchos annobonais ante la falta de electricidad.
Pero detrás de su utilidad se esconde un riesgo latente. La práctica de la “Lámpara Cubana” ha provocado numerosos incendios en casas annobonesas, la mayoría de las cuales fueron construidas de manera rudimentaria con materiales como la madera. Este peligro añade una capa adicional de precariedad a la ya difícil situación de quienes dependen de esta fuente de iluminación.
El uso de la “Lámpara Cuba” no se limita a iluminar las noches oscuras de la isla. También se utiliza en la pesca nocturna de cangrejos de mar en las costas, destacando su versatilidad y valor en la vida cotidiana de la comunidad annobonesa. Sin embargo, su uso produce un penetrante olor a combustible quemado que impregna los hogares y la ropa, recordándonos constantemente la rudimentaria realidad en la que viven.
Esta situación forma parte de un contexto más amplio de crisis en la isla, donde la falta de acceso a servicios básicos como la electricidad ha agravado las dificultades de los residentes. La reciente rendición del gobernador okupa Faustino Edu Michá ante la presión ciudadana para restablecer el sistema eléctrico, muestra las precarias condiciones en las que se desarrolla la vida en Annobón.
La lucha de Annobón por la independencia, marcada por siglos de opresión colonial y abuso gubernamental, refleja la determinación y la resistencia de su pueblo. A medida que la isla avanza hacia un futuro independiente, la “Lámpara Cuba” constituye un emblema de la fuerza y adaptabilidad de los annobonais ante la adversidad.
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