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La escalada de violencia por parte de grupos armados no estatales en Burkina Faso ha obligado a miles de civiles burkineses a buscar refugio en el vecino Níger, ha advertido el martes la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), señalando que la afluencia está llevando al límite una situación ya «calamitosa» en Tillabéry, que ahora alberga al menos a 153.000 desplazados internos nigerinos y más de 36.000 solicitantes de asilo burkineses.
Los recientes ataques de finales de mayo y principios de junio de 2024 provocaron importantes movimientos de población en Téra, en la región de Tillabéry, agravando una situación humanitaria ya de por sí crítica.Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), este «aumento significativo» está poniendo a prueba los recursos locales y la capacidad de resistencia de las comunidades de acogida.
La aparición y proliferación de grupos armados en todo el Sahel ha creado una crisis compleja desde 2012. Inicialmente localizada en el norte de Mali, se extendió a las regiones centrales de ese país, antes de incendiar gradualmente el norte de Burkina Faso y la parte occidental de Níger, para luego amenazar la estabilidad de todos los demás países vecinos.
Los retos del acceso humanitario
En general, la situación de seguridad a lo largo de la frontera entre Níger y Burkina Faso sigue siendo muy volátil y compleja.
«Grupos armados no estatales de Burkina Faso han atacado a civiles a finales de mayo y principios de junio de 2024, desencadenando una oleada de desplazamientos forzosos hacia Níger», afirma ACNUR.
Durante la última semana de mayo y la primera de junio de 2024, grupos armados no estatales lanzaron ataques contra civiles en las comunas de Mansila, Kantcari y Sempelga, en la región del Sahel de Burkina Faso. Este brote de violencia ha obligado a más de 3.000 solicitantes de asilo burkineses a huir a Téra, en la región nigerina de Tillabéry, el 30 de junio. Al mismo tiempo, cerca de 1.200 ciudadanos nigerinos se han visto desplazados en la región de Tillabéry.
Los incesantes ataques y enfrentamientos entre actores estatales y no estatales no sólo están desplazando a más personas, sino que también están complicando el acceso humanitario y los esfuerzos de protección. La continua inseguridad en estas zonas fronterizas subraya la urgente necesidad de aumentar el apoyo y la intervención para hacer frente a la creciente crisis humanitaria.
La afluencia de desplazados forzosos agrava la inseguridad alimentaria
Sobre el terreno, el ACNUR, en colaboración con las autoridades locales y sus socios, ha prerregistrado cerca de 500 hogares para garantizar la integridad de los procedimientos de asilo.
También se han proporcionado servicios sanitarios y asistencia financiera polivalente para satisfacer las necesidades inmediatas de los desplazados forzosos y las comunidades de acogida. También se están suministrando artículos no alimentarios esenciales, ropa, refugios de emergencia y letrinas.
Sin embargo, según los trabajadores humanitarios, hay una necesidad inmediata de alimentos, kits nutricionales, refugios de emergencia y letrinas.«Urge modernizar los puntos de agua existentes y mejorar la iluminación y las medidas de seguridad».
La afluencia de desplazados y refugiados también ha exacerbado la inseguridad alimentaria, por lo que el apoyo nutricional es una prioridad clave, sobre todo para los niños desnutridos.
https://news.un.org/fr/story/2024/07/1147281
Imagen de portada: Cientos de burkineses que han huido de la inseguridad en su país para encontrar refugio al otro lado de la frontera con Níger (foto de archivo).
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