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El presidente Cyril Ramaphosa no tiene intención de dimitir como líder del ANC a pesar de haber llevado al partido a la pérdida histórica de una mayoría electoral que había mantenido durante 30 años, según ha podido saber Mail & Guardian.Aunque está amargamente decepcionado por el hecho de que el ANC apenas haya obtenido un 40% en las urnas, fuentes cercanas a Ramaphosa afirman que considera que «hay mucho en juego» y Sudáfrica necesita madurez política que pueda proporcionarle una gobernanza estable después de que los votantes hayan roto los pronósticos convirtiendo al partido uMkhonto weSizwe de su predecesor Jacob Zuma en el tercero más votado del país.La única vía hacia esa estabilidad, para Ramaphosa y las personas más afines dentro del ANC, pasa por un acuerdo con la Alianza Democrática.La dirección del partido en Gauteng y los miembros más jóvenes del comité ejecutivo nacional del ANC han favorecido hasta ahora a los Combatientes por la Libertad Económica (EFF) como socio de coalición, pero esta posición ha perdido parte de su vigencia al conseguir un porcentaje de votos muy inferior aL de 2019.Fuentes muy influyentes del ANC han confirmado a Mail & Guardian que abogan por una alianza de este tipo [con la AD] para crear un gobierno centrista, y que no tolerarán ninguna concesión al partido MK de Zuma.
Algunos han sugerido que existe un acuerdo de principio entre los dos grandes partidos para trabajar juntos.«Hay acuerdo. Es cuestión de limar los detalles", ha afirmado uno de ellos.La cuestión es qué forma adoptará exactamente ese pacto.Esto coloca a la AD ante un dilema existencial que lleva tiempo viendo venir, incluso antes de que su sistema interno de sondeos, de gran precisión, predijera la posibilidad de que el MK obtuviera hasta el 14% de los votos del miércoles.Hay dos opciones. La primera es una coalición en la que, la hasta ahora oposición oficial, se convierta en el socio minoritario.La segunda es un pacto muy preciso en el que la DA acepte cooperar en determinados pasos necesarios para que el gobierno funcione, especialmente en lo que hace a la elección del presidente en la Asamblea Nacional y la aprobación del presupuesto nacional.A cambio, la DA se aseguraría puestos clave en el Parlamento que le permitirían exigir responsabilidades al ejecutivo. En una negociación de esta naturaleza, es casi seguro que exigirá un mayor traspaso de poderes a las provincias.La cooperación se ha presentado durante mucho tiempo como un encuentro ideológico imposible que ignora las divisiones existentes tanto en el ANC como en la DA, que durante varios capítulos de su historia reciente ha luchado por conciliar posiciones divergentes sobre la potenciación de la economía negra, por citar sólo una cuestión.
Dos miembros del comité ejecutivo provincial del ANC en Cabo Oriental han afirmado que Ramaphosa mantiene con firmeza que formar una coalición con la oposición era la opción «pragmática».
Esta provincia catapultó a Ramaphosa a la presidencia del ANC en diciembre de 2017, así como a su reelección al máximo cargo del partido cinco años después.
Sin embargo, hay una clara resistencia dentro del ANC en la misma provincia a la opción del presidente de ir con el DA en lugar de optar por el EFF o el partido MK.
«El acuerdo en el que está el presidente es que el ANC forme gobierno y la DA se haga con la legislatura, incluido el presidente de la Asamblea Nacional y la presidencia de las comisiones parlamentarias», ha manifestado un miembro del PEC, que pidió permanecer en el anonimato.
Sin embargo, otro alto cargo, también miembro del PEC, insistió que el ANC «perdería sus base» -es decir, la clase trabajadora negra de los townships y las zonas rurales- si el partido adoptaba la estrategia de Ramaphosa.
«Irse a la cama con el DA garantizará que el ANC duerma para siempre y ya no se levante. El EFF y el MK serán los mayores beneficiarios", afirmó.
Los diputados de la DA que figuran en los primeros puestos de la lista del partido han manifestado que dudan de que esta segunda opción, conocida por ser la favorita de la presidenta de la ejecutiva federal, Helen Zille, permita frenar los excesos de la ejecutiva del ANC.
Señalaron que incluso cuando los comités de cartera del ANC han estado presididos por personas dispuestas a adoptar una postura no partidista, esto ha tenido poco efecto real.
Los líderes de la DA, que asistirán el domingo a una reunión de todo el día de la ejecutiva federal, también informaron de que en sus circunscripciones se han hecho llamamientos a una coalición convencional con el ANC.
Por el momento, sin embargo, parece -por lo que se ha expuesto informalmente al ANC- que la DA se inclina por la segunda opción.
Esta opción implica concesiones por parte del ANC en aspectos legislativos clave, como la Ley del Seguro Nacional de Enfermedad, firmada por el presidente quince días antes de la votación.
Mientras se esperaba que el DA concretara su táctica en la reunión del domingo, los siete miembros principales del ANC se reunieron el sábado por la tarde para aclarar su postura. A partir de ahí, se necesitará la aprobación del Comité Ejecutivo Nacional del ANC para allanar el camino a las conversaciones formales entre los partidos.
Fuentes del partido gobernante describieron los resultados del MK el día de las elecciones como una «pelea entre facciones» que se veía venir desde hacía tiempo. Algunos sugirieron que las estructuras del ANC en la provincia estaban jugando a dos bandas el día de las elecciones y desde un tiempo antes.
El presidente del EFF, Juliius Malema, declaró el sábado en una rueda de prensa que su partido no impondría la destitución de Ramaphosa como condición previa para participar en una coalición con el ANC.
Malema dijo que el EFF no se «involucraría» en las batallas internas de liderazgo del ANC y no haría ningún llamamiento para que dimitiera como presidente del partido o del país.
Estaría encantado de trabajar con el ANC o con MK en las provincias o a nivel nacional, dijo.
La Presidencia ha declinado hacer comentarios.
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